viernes, 9 de octubre de 2009

Una tarde

Una tarde cualquiera
Sentado en la vereda
Revolotea una quimera
A las ganas de tu falda

Atropellan las prisas los besos
En un recoveco de tu zaguán
Sueños que están presos
En este aprendiz de don Juan

Haciéndole carantoñas a los sexos
Quitándole la razón, a los besos
Yo me muero por tus huesos
Y vos decís morir por mí,
¡Corazón!

La amnistía llega tarde a tu cuerpo
Tantas primaveras esperando
Y, Yo sin comprenderlo
Corazón que voy matando

Caballero audaz caminando
Al encuentro del sentimiento
Más patrono de tu virginidad
El amor es toda una realidad

Revolotea herido en tu pecho
De colchón un suave pasto
Al pudor le vendamos los ojos
Al amor le damos todo hecho

Una tarde cualquiera
Sentado en tu vereda.

Se descuelga del cielo el sol
Una tarde cualquiera
Nos descubre la luna
Sentados en tu vereda.