jueves, 8 de octubre de 2009

Damas y Caballeros

En la primera fila de mi habitación
Soy el único afortunado espectador
Que a duras penas soporta la agitación
De las piernas que acunan el ardor.

Solo deja mirar mientras se masturba
Cuanto más lejos el plato y la sopa
Más hambre me da y me perturba
Vestida o desnuda siempre esta guapa.

Y ella que lo sabe mira y más se toca
Dejándome inquieto en mi purgatorio
Disfruta de este juego como una loca
Gatita caprichosa que marca su territorio.

No me gustaron nunca las puritanas
La espió en la cocina toda una dama
Cuelga el delantal de verdes marcianas
Y a sudar al burdel de nuestra cama.

Pero al manjar de su espectáculo aceitoso
Me veo obligado a una “eterna” castidad
Que violo a lo loco desbocado mocoso
Y la falta de respeto le da su felicidad.

“caprichosas costumbres de la sociedad
Damas y caballeros, en las puertas de algún bar”